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Milei, el «león» de derecha que habla con sus perros, sedujo a los jóvenes y venció al peronismo y al Papa

Redazione Spazio70

¿El principal desafío de Milei? Gobernar Argentina con una oposición derrotada pero bien organizada como el peronismo. El nuevo presidente y sus legisladores claramente son minoría en el Congreso, no tienen ningún gobernador y lideran solo tres municipalidades, de tres localidades muy pequeñas

Por Ceferino Reato *

Un economista ultraliberal, pelilargo y desaliñeado, expresión criolla de la derecha antipolítica, que cruzó agravios con el Papa Francisco durante toda la campaña y se referencia en el norteamericano Donald Trump y el brasileño Jair Bolsonaro, será el presidente de la Argentina a partir del 10 de diciembre.

Se trata de Javier Gerardo Milei, un porteño de 53 años, soltero, que vive con sus perros y se hizo conocido como irascible panelista de programas de televisión; en la campaña, apeló a las redes sociales fantasiado como un rugiente «león» que llegaba para deglutir a la aborrecida «casta política» que viene gestionando en beneficio propio un insaciable aparato estatal.

Como si fuera un superhéroe, se mostraba con una motosierra con la que prometía podar el Estado. Así, el «león» Milei logró captar el enojo de la mayoría del electorado y protagonizó una revolución cultural al convencer a sus votantes que la raíz de la inflación espeluznante —este año cerraría en el 150 por ciento— se debe a la emisión irresponsable de dinero para enfrentar ese gasto público, siempre en aumento.

Algunos lo vinculan a la premier italiana Giorgia Meloni, seguramente porque consideran, apuradamente, que pertenece a la misma familia política, pero yo lo veo más parecido en el estilo —que suele ser muy difícil de cambiar— a Beppe Grillo; sería el hermano menor de Grillo, aunque no solo inspira su criatura política sino también gobierna el país.

DOLARIZAR PARA ELIMINAR LA INFLACIÓN

Dólar estadounidense, serie 2009

Dólar estadounidense, serie 2009

Su receta para terminar con la inflación fue una palabra casi mágica: la dolarización; el reemplazo de la desvalorizada moneda local, el peso, por el dólar. Nunca explicó muy bien en qué consistiría y es posible que no logre aplicarla, al menos en un primer momento, sencillamente por la falta de dólares para absorber los pesos circulantes.

Es una revolución en la cultura política porque en la Argentina principalmente el peronismo, pero también buena parte del radicalismo —los dos partidos tradicionales— han sido ganados por liderazgos más bien populistas y refractarios al mercado, Estados Unidos y la globalización; enamorados de la plantilla estatal, los subsidios públicos, las regulaciones y las corporaciones.

En el caso del peronismo, ese populismo estatista se acentuó durante el llamado «kirchnerismo», una corriente interna fundada por el presidente Néstor Kirchner en 2003 y continuada por su viuda, la ex presidenta y actual vicepresidenta Cristina Kirchner.

Hay cifras que hablan por sí solas: por ejemplo, en estos veinte años el gasto público saltó el equivalente a entre 18 y 20 puntos porcentuales del PBI, al 42 por ciento, un número que no se condice con la calidad de los servicios públicos, como en seguridad, salud y educación. Mucho menos aún en las jubilaciones y pensiones.

En el balotaje del 19 de noviembre, Milei, al frente de La Libertad Avanza, sacó el 56 por ciento de los votos superando por casi doce puntos al candidato oficialista, el ministro de Economía, Sergio Massa.

El núcleo principal de sus votantes son los jóvenes de todas las clases sociales, incluso de los sectores populares, «clientes» habituales del peronismo.

Su triunfo es el más disruptivo desde 1946, hace casi ochenta años, cuando un militar, Juan Domingo Perón, llegó a la Casa Rosada luego de una corta carrera, también de dos años y medio. Aunque sus ideologías son opuestas, ambos enfrentaron una amplísima coalición; en el caso de Milei, integrada por políticos, gremialistas, empresarios, sacerdotes, periodistas, intelectuales y líderes de los Derechos Humanos.

EL ENEMIGO NÚMERO 1 DE FRANCISCO Y APASIONADO LECTOR DE LA TORÁ

Dos "enemigos" de Javier Gerardo Milei: Francisco y Cristina Kirchner

Roma, 18 de Marzo de 2013: Francisco y la presidenta de la República Argentina Cristina Fernández de Kirchner (Casa Rosada, Presidencia de la Nación argentina)

En ese sentido, el triunfo de Milei fue una derrota para la Iglesia Católica local y el Papa Francisco, que en marzo lo había criticado en algunas entrevistas, sin nombrarlo, al recordar cómo Adolfo Hitler había seducido al electorado al presentarse como un outsider que venía a regenerar la política y solucionar la crisis en Alemania.

Antes y después de esas entrevistas, Milei lo había insultado gravemente; lo calificó como «representante del maligno», una palabra que habrá molestado muchísimo a Bergoglio, quien cree en la presencia maléfica del diablo y suele llamarlo así.

En la campaña, los curas villeros, que atienden a los barrios más pobres y son discípulos dilectos de Francisco, oficiaron incluso una misa en desagravio del Papa y llamaron a votar en contra de Milei.  

En la campaña, Milei vinculó también al Papa con las «dictaduras» y los «comunistas», que, en su visión, abarca desde el líder chino Xi Jinping al brasileño Luiz Inácio Lula da Silva pasando por el venezolano Nicolás Maduro, la nomenclatura cubana y el nicaragüense Daniel Ortega.

Sin embargo, una vez que las urnas se abrieron, Francisco y Milei se comunicaron por teléfono; el nuevo presidente argentino lo invitó a visitar la Argentina en 2024 y le aseguró que será recibido con los máximos honores. En sus más de diez años de pontificado, el Papa argentino nunca visitó su país.

Milei es católico. Todavía es católico porque es un lector apasionado de la Torá y varias veces sugirió que le gustaría convertirse al judaísmo. Además, los dos países en los que se referencia son Estados Unidos e Israel; tanto que quería trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén.

Pero, la política internacional no es su fuerte; tampoco la política, a secas, que le aburre soberanamente. Él considera que el problema fundamental de la Argentina es económico y se define como un anarco capitalista.

CRÍTICO DE LAS MADRES Y ABUELAS DE PLAZA DE MAYO

Hebe de Bonafini e Cristina Kirchner

Hebe de Bonafini e Cristina Kirchner

Por su lado, las Madres y las Abuelas de Plazo de Mayo, y toda la vasta y bien aceitada red de organismos de Derechos Humanos, son enemigos naturales de Milei, que no solo critica la polémica cifra de los 30 mil desaparecidos durante la dictadura entre 1976 y 1983 sino que considera que no hubo allí terrorismo de Estado sino una «guerra contra la subversión» en la que los militares cometieron solo «excesos».

Milei ya prometió recortar drásticamente los subsidios estatales a los organismos de Derechos Humanos, reconvertidos en una pieza importante del kirchnerismo, como señalaba la fallecida líder de las Madres de Plaza de Mayo, Hebe Bonafini.

Baluarte principal de La Libertad Avanza en ese terreno es la vicepresidenta electa, Victoria Villarruel, abogada de las víctimas de las guerrillas o del terrorismo, como señala ella.

Es que la fuerza política con vértice en Milei es una alianza entre libertarios o ultraliberales inspirados por la Escuela Austríaca de Economía y conservadores que están en contra de las leyes que permiten el aborto y el matrimonio homosexual.

APOYO DECISIVO DEL EX PRESIDENTE MACRI

Retrato oficial del Presidente de la Nación Argentina Mauricio Macri 2015-2019

Retrato oficial del Presidente de la Nación Argentina Mauricio Macri 2015-2019 (casarosada.gob.ar/nuestro-pais/presidentes)

En realidad, luego de la primera vuelta electoral, el 22 de octubre, Milei quedó al borde de la derrota: sacó el 30 por ciento de los votos, siete menos que Massa; parecía, incluso, que, con escasos recursos, no se presentaría al balotaje para pelear contra el extendido aparato estatal, pero tuvo la suerte de que el ex presidente Mauricio Macri, de centroderecha, corriera rápido en su auxilio, junto con su candidata presidencial, Patricia Bullrich, que había salido tercera.

El apoyo de Macri y Bullrich fue decisivo para aglutinar detrás de Milei a todos los votantes descontentos con el kirchnerismo y sus recetas no solo económicas sino también sociales, basadas en un enjambre de planes y subsidios in eternum a los sectores populares, en un país que ha llegado a casi el 41por ciento de pobres.

La sorpresa para el peronismo fue que una parte importante de los beneficiarios de esos planes le votaron en contra. Es que la inflación se ha acelerado tanto que también afectó el poder de compra de esos subsidios sociales.

La crisis es tan fuerte que deglutió el ingreso real de todos los argentinos; en el caso de los asalariados privados formalizados —en blanco— se calcula que en los últimos cinco años cayó un 25 por ciento. Para los informales, la caída fue mayor: el 40 por ciento.

HEREDA UNA CRISIS TREMENDA

Milei fotografiado mientras ondea una bandera de Israel. El nuevo presidente quisiera trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén.

Milei fotografiado mientras ondea una bandera de Israel. El nuevo presidente quisiera trasladar la embajada argentina de Tel Aviv a Jerusalén.

En este sentido, el triunfo de Milei podría implicar un cambio de modelo, siempre que tenga éxito, algo que no se da por descontado, ni mucho menos. Porque ahora, pasados los festejos, tiene que gobernar. Y comienzan a aparecer los primeros desafíos en el marco de una crisis fenomenal, que incluye un déficit fiscal primario del 3 por ciento del PBI, un Banco Central sin reservas, un país sin crédito externo y diversos tipos de cambio en un esfuerzo por impedir devaluaciones bruscas.

«Soy el único presidente que fue elegido prometiendo un ajuste», se vanaglorió Milei, que sigue teniendo una gran facilidad para declarar títulos periodísticos. Eso se cierto, pero también es cierto que afirmó que la motosierra sería usada solo contra el gasto de los políticos «y los lugares donde los políticos roban, como la obra pública».

En consecuencia, sus votantes esperan que el ajuste fenomenal que planea —habló del equivalente a 15 puntos porcentuales del Producto Bruto Interno— no los afecte a ellos. Sería algo nunca visto, por lo menos en estas tierras, donde los desenlaces de estas crisis implican saltos cambiarios y en el costo de vida y, por lo tanto, son pagados, al menos en parte, por los asalariados.

SU DESAFÍO ES LA GOBERNABILIDAD

En este contexto crítico, asoma el principal desafío de Milei: gobernar la Argentina con una oposición derrotada pero bien organizada como el peronismo. Es que el nuevo presidente y sus libertarios son francamente minoritarios en el Congreso, no tienen ningún gobernador y solo conducen tres intendencias, de tres localidades pequeñísimas.

La Argentina es un país presidencialista y la Casa Rosada es una herramienta poderosa para construir consensos que aseguren la gobernabilidad, pero se requiere para eso una templanza y una habilidad para las alianzas que Milei todavía tiene que probar.

Es difícil explicar la decadencia argentina a los extranjeros, que mentan los recursos naturales y humanos del país. Por la propia magnitud de la crisis, hay un consenso en la Argentina en que el gasto público se ha vuelto excesivo y que eso limita las inversiones, la producción y el empleo.

Uno podría suponer que, siendo un outsider, Milei es el personaje ideal para hacer el ajuste que ningún político más profesional, incluido, claro está, su aliado Macri, pudo o quiso hacer. Y que, en consecuencia, las élites deberían favorecer esos recortes, siempre que no sean descabellados.

Pero, esa buena e inteligente disposición no está asegurada. Como tampoco, la capacidad y habilidad de Milei para gobernar tamaña crisis.

Todo es incertidumbre, salvo una cosa: el éxito o no del nuevo gobierno se resolverá relativamente rápido.

 

*Periodista y escritor argentino